FORMACIÓN EN EL CUIDADO Y LA PREVENCIÓN DE MENORES Y PERSONAS VULNERABLES
Desde 27 de septiembre al 8 de octubre la Dra. Carmen Montejo, Hermana general de la Orden y miembro de la Comisión de Protección de Menores de la Orden y de la Provincia; se encuentra orientando, unas semanas de formación en el cuidado y la prevención de menores y personas vulnerables a los religiosos y laicos de nuestros ministerios, en las delegaciones de Guatemala y Panamá. Esto como parte del cumplimiento de las ordenaciones dadas en el Capítulo provincial.
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COMIENZA EN ROMA UN ENCUENTRO DE SUEÑOS Y MEMORIA AGUSTINO RECOLETA
A orillas del lago Albano, frente a Castel Gandolfo, ha comenzado un encuentro especial: más de 50 religiosos agustinos recoletos con más de 50 años de vida consagrada se reúnen en Roma para revivir la historia de la Orden que construyeron con su entrega y soñar con la que desean legar a las generaciones más jóvenes. Es un encuentro de memoria viva y esperanza compartida.
Un encuentro de sueños que nace del corazón de la Orden
Inspirados por la profecía de Joel —“vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones” (Jl 3,1)—, los agustinos recoletos más veteranos han iniciado en Roma un encuentro de formación permanente. Del 5 al 27 de octubre, 55 religiosos de entre 70 y 89 años, procedentes de diversas partes del mundo, se reúnen para mirar su historia, renovar su vocación y ofrecer a los más jóvenes los sueños que han custodiado en su corazón durante décadas.
Aprovecharán estos días de encuentro para formarse, tener momentos de oración y ganar juntos el jubileo con los religiosos jóvenes de menos de cinco años de profesión solemne; a esta peregrinación jubilar con motivo del jubileo de la vida consagrada, se unirán también las agustinas recoletas, comendadores De Santiago y laicos parroquia Nuestra Señora de Buenavista, en Getafe, Madrid, España.
Una etapa, un contenido, una sabiduría
Este tipo de encuentros no son los antiguos “cursos de renovación” que agrupaban a religiosos de distintas edades. Como explica fray Francisco Javier Monroy, consejero general y responsable de la formación permanente, este modelo se adapta a cada etapa vital:
“Ya no se trata simplemente de renovarse, sino de integrar la vida vivida, aceptarla, compartirla y vivir con paz el momento presente”.
Los contenidos giran en torno al cuidado personal, la salud, la espiritualidad encarnada y la sabiduría adquirida. Se trata de generar un espacio de escucha, de integración y de comunión:
“Muchos no se habían visto desde hacía treinta o cuarenta años. Aquí se encuentran, se reconocen, se redescubren como parte de una misma historia compartida”.
Religiosos activos, testigos vivos
Aunque muchos están jubilados administrativamente, la mayoría sigue colaborando en parroquias, colegios y comunidades. Su retiro no es inactividad: es entrega silenciosa y fecunda, como raíces profundas que sostienen el árbol.
El ambiente del encuentro es fraterno, alegre, lleno de anécdotas y memorias compartidas. La jornada inicial estuvo marcada por dinámicas de presentación, reflexión por parejas y pequeños grupos, generando una atmósfera de acogida, gratitud y contemplación del camino recorrido.
La historia que construye el futuro
“Ellos han construido la Orden que hoy tenemos, y los seguimos necesitando, afirma fray Javier Monroy. Necesitamos que sus sueños puedan ser llevados adelante por los jóvenes… pero que sean sus sueños”, añade.
En sus biografías se entrelazan los cambios históricos, las misiones lejanas, las fundaciones, los sacrificios cotidianos, la vida entregada. Escuchar sus voces es entender de dónde venimos para saber a dónde ir. Son historia viva, pero no historia pasada: son futuro encendido.
Del lago Albano al corazón de la Orden
Este encuentro se enmarca dentro del plan de formación permanente de la Orden y del camino hacia el Jubileo del 2025. A orillas del lago Albano, donde la belleza de la creación acompaña el paso del tiempo, la familia agustino recoleta se detiene a escuchar a quienes, con su vida, han hecho posible nuestro presente.
En palabras de la Escritura, este encuentro hace posible que se cumpla la profecía: los jóvenes podrán profetizar cuando escuchen los sueños de sus mayores. Y esos sueños, compartidos con humildad y alegría, siguen construyendo la Ciudad de Dios.
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MONSEÑOR ALFONSO GALLEGOS: EL “OBISPO LOWRIDER” DE SACRAMENTO
Por Fray Alfonso J. Dávila, OAR.
La escena parecía insólita: más de 300 coches lowrider avanzaban lentamente en procesión fúnebre por las calles de Sacramento. Ocurrió en octubre de 1991, cuando la comunidad de aficionados a los coches modificados despedía a uno de los suyos: Monseñor Alfonso Gallegos, a quien llamaban con cariño el “obispo lowrider”. Hoy, 34 años después de su fallecimiento, su recuerdo sigue vivo. ¿Quién fue este obispo capaz de ganarse el corazón de los jóvenes de los barrios y de una subcultura normalmente recelosa de la autoridad? Su historia, marcada por la humildad y la cercanía, es la de un pastor en las periferias mucho antes de que este término se pusiera de moda en la Iglesia.
Conocí a Monseñor Gallegos gracias a Fray Eliseo, vicepostulador de su causa. Durante los años en que vivimos juntos, me fue presentando la figura de un obispo sencillo, humano, cercano. Mons. Gallegos no es solo un modelo de pastor interesante, también es un modelo de agustino recoleto: un fraile que caminaba con el pueblo que le encomendaban, sin perder jamás la sonrisa. Recuerdo que Eliseo me decía con ironía fraterna: “A Gallegos le tocaba estar con los lowriders; a ti, entre cámaras y periodistas”. Hoy, con profunda admiración, quiero presentarte a un modelo de santidad que a mí me convence. Ojalá también pueda ayudarte a ti.
Infancia de fe y vocación perseverante
Alfonso Gallegos Apodaca nació el 20 de febrero de 1931 en Albuquerque, Nuevo México, en el seno de una familia humilde y profundamente piadosa, con once hijos . Desde niño enfrentó una grave discapacidad visual –una miopía casi total– que lo dejó al borde de la ceguera de por vida . Sin embargo, esa limitación no le borró la sonrisa radiante que caracterizaría su rostro. Siendo aún joven, su familia se trasladó al barrio de Watts, en Los Ángeles, donde los frailes agustinos recoletos de la parroquia San Miguel alimentaron en él la vocación religiosa que ya sentía desde monaguillo . Aunque su problema de vista hacía dudar a muchos sobre su capacidad para el ministerio –apenas podía leer sin grandes esfuerzos– Alfonso no se rindió. Con tenacidad y confianza en Dios, demostró su idoneidad para la vida religiosa . En 1950 ingresó a la Orden de Agustinos Recoletos y realizó sus votos perpetuos el 3 de septiembre de 1954 . Poco después, el 24 de mayo de 1958, fue ordenado sacerdote .
Sus primeros años de ministerio los dedicó a servir en diversos apostolados en Estados Unidos: fue capellán de hospital, maestro de novicios y finalmente párroco en su querido barrio de Watts . Esa comunidad, marcada por la pobreza, las pandillas y la violencia, se convirtió en su primer campo de misión. El joven padre Gallegos tenía una preocupación especial por la educación de los jóvenes y por ofrecerles alternativas a las peligrosas pandillas que dominaban las calles de Los Ángeles . Su carisma cercano pronto dio frutos: la gente del barrio veía en él a un sacerdote alegre, de sonrisa sincera, siempre dispuesto a escuchar. Quienes lo conocieron por entonces recuerdan que “era puro amor, irradiaba amor… te hacía sentirte querido al estar en su presencia” . Esa calidez humana, unida a su determinación, lo llevó a roles de mayor responsabilidad: en 1979 fue nombrado primer director de la Oficina de Asuntos Hispanos de los obispos de California, desde donde coordinó la pastoral migratoria y la defensa de los derechos de los trabajadores inmigrantes a lo largo de la frontera con México .
Un obispo en las calles y en el “barrio”
El 24 de agosto de 1981, el Padre Gallegos recibió la noticia de su nombramiento como obispo auxiliar de Sacramento, California. Fue consagrado el 4 de noviembre de 1981, convirtiéndose en uno de los pocos obispos hispanos en Estados Unidos en aquella época. Desde el inicio, Monseñor Gallegos dejó claro que su estilo pastoral no cambiaría con la mitra: seguiría siendo un hombre de la calle y del pueblo. De hecho, solía vestir de forma sencilla –se le podía ver con una humilde camiseta y un sombrero de 99 centavos– para poder acercarse de noche a las pandillas y jóvenes de barrios difíciles sin imponerse por la vestimenta clerical . Como obispo, pasaba horas fuera de la oficina para estar donde la gente lo necesitaba. Viajaba constantemente por los campos agrícolas, visitando a los campesinos migrantes; incluso se quedaba a dormir en sus campamentos entre los surcos, compartiendo sus condiciones humildes . Defendía a estos trabajadores ante las autoridades civiles, alzando la voz por quienes sufrían injusticias y desarraigo . Los fines de semana los dedicaba a recorrer los barrios y parques por la noche, buscando a los jóvenes involucrados en drogas o violencia, ganándose su confianza y animándolos a dejar las adicciones, volver a la escuela y labrarse un futuro mejor . Muchos de esos muchachos le hacían caso porque veían en Gallegos a un padre que se interesaba sinceramente por ellos y sabía escucharles .
Nada ni nadie quedaba fuera del corazón y de la agenda de Monseñor Gallegos. Los pobres, los enfermos, los ancianos, los presos –sin distinción de religión, cultura o raza– recibían de él atención llena de paciencia, como quien verdaderamente ve el rostro de Cristo en cada persona . Fiel a su lema episcopal “Amaos los unos a los otros”, este obispo barriero se tomaba el tiempo de atender a cada quien sin prisas. También defendía con valentía la vida de los más vulnerables: alzaba la voz por los no nacidos, denunciando el aborto, a la vez que promovía alternativas compasivas para las madres en dificultad . Sus colegas destacaban cinco rasgos principales en su personalidad y ministerio: su humildad alegre (nunca se le oyó quejarse ni siquiera de su vista casi nula), su trato cariñoso con todos –incluso con quienes entorpecían su labor–, su fidelidad a su vocación de agustino recoleto, su compromiso público con los más necesitados, y su profunda vida de oración alimentada por la Eucaristía y la devoción a la Virgen de Guadalupe . En efecto, antes de emprender cualquier jornada apostólica, Gallegos pasaba largas horas de madrugada en adoración ante el Sagrario, de rodillas, poniendo en manos de Dios a sus “ovejas” más queridas.
El “obispo de los lowriders”
Entre todas las comunidades marginadas a las que sirvió, hubo una que le ganó a pulso el apodo por el que hoy se le recuerda. En la década de 1980, los “lowriders” –aficionados a los coches clásicos modificados con carrocerías bajísimas y suspensiones hidráulicas– solían reunirse a pasear por Franklin Boulevard, en Sacramento. Para las autoridades, aquellas caravanas nocturnas representaban un dolor de cabeza: a veces provocaban atascos e incluso incidentes violentos . Monseñor Gallegos, sin embargo, supo ver más allá de los estereotipos. Don Alfonso actuó como mediador entre los lowriders y las autoridades municipales, ayudando a reducir tensiones y a encontrar soluciones pacíficas para que el famoso crucero de coches no perturbara la vida de la ciudad .
Optimista por naturaleza, él siempre buscaba la chispa de bondad y talento en cada persona. En aquellos jóvenes de autos decorados con colores vivos y motores ruidosos, Gallegos reconoció una inmensa creatividad mecánica y artística que podía canalizarse para el bien . En vez de condenarlos, decidió acompañarlos: entabló amistad con los líderes de los clubes de coches, conversaba con ellos sobre sus vehículos, asistía a sus exhibiciones, bendecía sus automóviles e incluso se montaba a dar una vuelta en alguno de esos coches de suspensiones danzantes por Franklin Blvd .
Su presencia constante transformó la relación de la Iglesia con este grupo. “Continuaré visitando a los lowriders. Creo que la presencia de un sacerdote es importante allí; siento que nos necesitan”, afirmó Gallegos en una ocasión . Y se notaba que él también los necesitaba a ellos, porque en esos encuentros encontraba un campo para su misión de llevar el Evangelio a las periferias. Los jóvenes lowriders comenzaron a verlo no como una autoridad lejana, sino como a uno más de la “familia”. Le llamaban el obispo del barrio, pues era habitual verlo de noche, sotana arremangada, conversando animadamente junto a coches brillantes y motores humeantes.
Tanto cariño surgió de ambos lados que Monseñor Gallegos llegó a ser considerado un capellán extraoficial de los lowriders y de los trabajadores migrantes en California . Cuando la trágica muerte del obispo sucedió –atropellado en la carretera la noche del 6 de octubre de 1991, al regresar de celebrar misa en un pueblito agrícola–, esa comunidad jamás lo olvidó. De hecho, en su funeral cientos de lowriders de todo California formaron una larga caravana escoltando el féretro de Gallegos desde su parroquia hasta la catedral . Aquella despedida multitudinaria, con más de 300 coches de suspension brincante rindiéndole honor, fue la prueba del inmenso impacto que dejó en estos jóvenes y sus familias.
Legado de santidad y memoria viva
Monseñor Alfonso Gallegos partió de este mundo a los 60 años, dejando tras de sí una estela de amor y servicio. Su muerte prematura conmovió a la comunidad entera, pero su legado apenas comenzaba. “La belleza de ser sacerdote –y, espero, de ser obispo– es la oportunidad de identificarse con la gente”, solía decir . Y él vivió plenamente esa convicción, identificándose con los humildes y olvidados. Por eso, nadie se sorprendió cuando en 2005 la diócesis de Sacramento abrió oficialmente su causa de canonización, recogiendo testimonios sobre sus virtudes heroicas . Tras años de investigación, el Papa Francisco lo declaró Venerable en 2016, reconociendo en él a un ejemplo de santidad moderna al servicio del pueblo . Ahora la Iglesia aguarda un milagro atribuido a su intercesión para beatificarlo, pero para muchos fieles Alfonso Gallegos ya es el “santo del barrio”.
En Sacramento, su memoria sigue presente de muchas formas concretas. Una plaza en el centro de la ciudad y exhibe una estatua suya, recordando al transeúnte común que allí caminó un hombre de Dios comprometido con la justicia social . Un hogar de maternidad fundado para ayudar a madres solteras en dificultad lleva orgullosamente el nombre de Bishop Gallegos, continuando su defensa de la vida y de los más vulnerables. Y cada año, alrededor de la fecha de su aniversario de su fallecimiento, los motores vuelven a rugir en Franklin Boulevard: decenas de lowriders sacan brillo a sus coches y se reúnen para realizar un “crucero” en honor al obispo que bendecía sus capós y oraba con ellos en la acera . El 2 de octubre de 2022, por ejemplo, más de cien autos clásicos se alinearon en esa avenida emblemática de Sacramento para rendir homenaje a Gallegos, exactamente en el lugar donde solía encontrarse con ellos décadas atrás . La estampa de tantos vehículos relucientes avanzando despacio, entre oraciones, recuerdos y lágrimas, confirmó que el vínculo forjado por Monseñor Gallegos con esta comunidad perdura a través del tiempo.
En lo personal, la figura de Alfonso Gallegos me inspira una profunda admiración. Y no es solo por la coincidencia de compartir el mismo nombre de pila, sino por lo que su vida representa. En una época en que a veces la Iglesia parece distante para los más necesitados, conocer la historia de este “obispo callejero” me conmueve y motiva. Gallegos demostró que un pastor verdadero huele a oveja, se arremanga la sotana y sale a encontrar a su gente allí donde esté –sea bajo el sol del campo, en un callejón oscuro o entre la estruendosa música de un lowrider. Su legado es un llamado vivo a la Iglesia en salida, a la cercanía y al amor sin reservas. Monseñor Alfonso Gallegos, el obispo lowrider, nos enseñó con su ejemplo que la fe se anuncia mejor con ruedas gastadas y corazón abierto, llevando el Evangelio a todo motor por las carreteras del barrio. Y por eso, treinta y cuatro años después, sigue rodando en el recuerdo y en el corazón de tantos.
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UN AGUSTINO RECOLETO EN LA CUMBRE CLIMÁTICA RAISING HOPE EN ROMA
Fray Jaazeal Jakosalem, agustino recoleto, participó en la histórica conferencia mundial Rising Hope for Climate Justice, celebrada en Castel Gandolfo del 1 al 3 de octubre. Desde su compromiso como director de ARCORES Internacional, compartió proyectos ecológicos inspirados en el carisma recoleto y presentó a la Iglesia una propuesta espiritual: volver al corazón para cuidar la creación.
Castel Gandolfo acoge una cumbre de esperanza ecológica
La conferencia “Raising Hope for Climate Justice”, celebrada del 1 al 3 de octubre en Castel Gandolfo, reunió a líderes ambientales, pueblos indígenas, comunidades religiosas y miembros de la Iglesia con motivo del décimo aniversario de la encíclica Laudato Si’. Fue también el broche del Tiempo de la Creación, cerca de la fiesta de san Francisco de Asís.
En este evento histórico, fray Jaazeal Jakosalem, agustino recoleto de Filipinas, participó como director de ARCORES Internacional y consejero general de la Orden, llevando el compromiso concreto y espiritual de los Agustinos Recoletos por la ecología integral.
“Hemos presentado dos iniciativas que expresan nuestra espiritualidad ecológica en acción”, explicó fray Jaazeal en declaraciones para agustinosrecoletos.com.
Proyectos recoletos con corazón verde
Entre los proyectos presentados, destacó Sueño Solar, una iniciativa de energía limpia y sostenible que instala paneles solares en hogares vulnerables en Sierra Leona, Filipinas y Bocas del Toro (Panamá). Además de dotar de energía a comunidades sin acceso a electricidad, el proyecto capacita a los propios beneficiarios para su instalación y mantenimiento.
Otro proyecto expuesto fue Doodles for Creation, una propuesta educativa en Filipinas y Sierra Leona que, a través de actividades lúdicas y dibujos sobre la naturaleza, enseña a los niños la importancia del cuidado del medio ambiente. “Es sencillo, pero crea conciencia desde pequeños”, subraya fray Jaazeal.
También compartió con los participantes el libro La ecología en san Agustín de Fray Enrique Eguiarte, como una aportación teológica agustiniana al cuidado de la creación. Más información sobre el libro aquí
Un regalo al Papa desde la familia recoleta
En representación de ARCORES y de la delegación Filipina —incluyendo al obispo y al presidente de Cáritas, Mons. Gerardo Alminaza—, el prelado ofreció al Papa una copia de la Cruz Laudato Si’, diseñada por fray Jaazeal, como símbolo de la fe que abraza la creación.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando el Papa León XIV bendijo un trozo de iceberg de Groenlandia, símbolo del clamor de la tierra y del sufrimiento humano. En su intervención, el Papa recordó las palabras de san Agustín: “Vuelve a tu corazón” (Conf. 4,12,18), como metodología espiritual para afrontar la crisis climática.
“Solo volviendo al corazón puede tener lugar una verdadera conversión ecológica”, afirmó con fuerza el Pontífice.
Volver al corazón: la espiritualidad como respuesta ecológica
El mensaje del Papa León XIV no fue solo un análisis ambiental, sino un llamado profundo a una transformación espiritual: la conversión ecológica es inseparable de la conversión del corazón.
“El corazón es donde se toman las decisiones más auténticas”, dijo, “es el lugar donde la realidad externa impacta de verdad”.
Tanto la Dra. Lorna Gold (Movimiento Laudato Si’) como el cardenal Jaime Spengler reforzaron esta idea: sin conversión ecológica, no hay futuro. “Seamos semillas del nuevo futuro”, concluyó el cardenal.
La voz recoleto en la mesa global
Con su presencia activa en la conferencia, fray Jaazeal Jakosalem ha representado la voz de una Orden comprometida con el Evangelio y con la Tierra, en continuidad con la encíclica Laudato Si’ y la espiritualidad agustiniana.
El espíritu de Castel Gandolfo resuena como un mandato: actuar con esperanza, cuidar con compasión y convertir el corazón para proteger la creación.
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LA ORDEN RESPONDE CON ESPERANZA Y AYUDA TRAS EL TERREMOTO EN CEBÚ DESDE ARCORES
El pasado 29 de septiembre de 2025, un potente terremoto de magnitud 6,9 sacudió la región de Visayas (Filipinas), dejando graves daños, heridos y pérdidas humanas. ARCORES, como brazo solidario de la Orden de los Agustinos Recoletos, ha respondido con prontitud, desplegando acompañamiento humano, espiritual y logístico para ayudar a las comunidades más vulnerables.
Filipinas golpeada por el terremoto: Cebú entre escombros y esperanza
La noche del 29 de septiembre de 2025, a las 21:59 hora local, un terremoto de magnitud 6,9 sacudió el centro del archipiélago filipino. La isla de Cebú, corazón de la Iglesia en Filipinas, sufrió graves daños: más de 70 personas fallecidas, centenares de heridos, templos destruidos y miles de familias desplazadas.
Iglesias centenarias colapsaron, comunidades rurales quedaron incomunicadas, y muchas zonas afectadas todavía esperan ayuda. La Iglesia local, con el apoyo de redes internacionales, se movilizó de inmediato para responder a esta situación de emergencia.
ARCORES: una red solidaria que se hace presente
ARCORES, la red internacional solidaria de los Agustinos Recoletos, ha activado una respuesta coordinada en Filipinas y desde el resto del mundo. Su acción combina ayuda humanitaria inmediata, como alimentos, atención médica y refugio temporal, con una presencia espiritual cercana a los afectados.
“La respuesta no es solo logística, es también profundamente humana y evangélica”, afirman desde ARCORES. La cercanía, la escucha, la oración y la fe compartida están en el centro de esta misión. Es el rostro compasivo del carisma agustino recoleto, encarnado en medio del dolor.
La Iglesia filipina, herida pero en pie
A pesar del sufrimiento, las comunidades eclesiales de Cebú se han mostrado resilientes. Con templos dañados pero corazones firmes, han sabido organizar comedores, centros de acogida y cadenas de oración. Los religiosos recoletos presentes en el país han acompañado esta labor con generosidad y testimonio.
ARCORES se ha unido a esta respuesta desde lo local, pero también abriendo caminos para que toda la familia agustino recoleta en el mundo se sume.
¿Cómo puedes ayudar desde ARCORES?
ARCORES ha habilitado una campaña específica de donaciones para apoyar directamente a las comunidades afectadas por el terremoto.
¿Cómo hacerlo?
Concepto de donación:
Emergencia Filipinas – Terremoto en Cebú
Donación en euros (€)
ARCORES (España)
ES57 0075 0241 4406 0086 0510
BSCHESMMXXX
Bizum: 00713
ARCORES (Italia)
IBAN: IT33E020080513400010577805
Código Bic Swift: UNCRITMMXXX
Banco Unicredit
Donación en dólares ($)
ARCORES-Red Solidaria Internacional ($)
IBAN: ES19 0081 0640 6700 7199 0313
Código Bic Swift: BSABESBB
Banco Sabadell
Tu ayuda llegará. Tu ayuda transforma. Tu ayuda reconstruye.
¡Gracias por sumar esperanza!
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EL PRIOR GENERAL VISITA MOTRIL, TIERRA DE MÁRTIRES Y ESPERANZA VIVA
Del 25 al 27 de octubre, el Prior General de los Agustinos Recoletos, fray Miguel Ángel Hernández, visitó la comunidad de Motril, una tierra marcada por la sangre de los mártires y la vitalidad de la misión educativa. Una visita que renovó el espíritu, fortaleció la comunión y encendió la esperanza.
Una visita que deja huella
Motril, ciudad con profunda tradición agustino-recoleta, recibió del 25 al 27 de octubre la visita del Prior General, fray Miguel Ángel Hernández Domínguez. Su paso por esta comunidad fue una expresión viva de comunión, aliento y renovación espiritual, tanto para los religiosos como para la gran familia educativa del Centro San Agustín.
El encuentro no fue solo institucional: fue fraterno, alegre y lleno de sentido. Porque Motril no es una comunidad cualquiera. Es tierra bendecida por la sangre de los mártires agustinos recoletos, asesinados por odio a la fe en 1936 y beatificados en 2013. Su testimonio sigue inspirando a los que hoy anuncian el Evangelio en esa misma tierra.
“Esta visita nos recuerda que no caminamos solos”, afirmaba fray César Irigoin, director del centro educativo. “Nuestro guía y cabeza en la Orden nos acompaña y está siempre pendiente de nuestra acción misionera. Es una renovación en el espíritu que nos fortalece para seguir siendo una familia al servicio de la Iglesia y de la sociedad”.
Una comunidad educativa que camina con ilusión
Uno de los momentos más significativos fue la celebración de la Eucaristía de inicio de curso, presidida por el Prior General, junto a otros frailes de la comunidad. La misa fue un verdadero acto de familia, con la participación de todo el centro educativo: desde los niños de infantil hasta los estudiantes de formación profesional, junto al equipo docente y el personal no docente.
“Ha sido un momento muy emotivo para todos”, compartió Javier Guzmán, director pedagógico. “La visita del Padre General nos ha llenado de ilusión, cercanía y muchas ganas de seguir anunciando a Cristo, como dice nuestro lema. Nos alienta a seguir trabajando y a transmitir los valores agustinianos en todos los ámbitos”.
Tierra de mártires, semilla de esperanza
La visita del Prior General tuvo también una dimensión profunda de memoria y gratitud, al pisar una tierra que ha dado testigos valientes del Evangelio. En 1936, seis agustinos recoletos fueron asesinados en Motril por odio a la fe. Beatificados por el Papa Francisco, son para la Orden un signo luminoso de fidelidad en medio de la persecución.
Hoy, la comunidad de Motril sigue recogiendo el fruto de aquella entrega radical, en la forma de una educación evangelizadora, una vida comunitaria viva y una presencia eclesial comprometida.
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AGUSTINOS RECOLETOS JÓVENES INICIARON EL ENCUENTRO «PEREGRINOS DEL DESEO»
Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
Bajo el lema «Peregrinos del deseo», inició en Roma, este 22 de septiembre, el Encuentro de Formación Permanente de los Agustinos Recoletos. Los jóvenes religiosos pertenecientes a las cuatro provincias de la Orden inician un tiempo intenso de renovación espiritual, carismática y humana que se extenderá hasta el 14 de octubre. Los religiosos proceden de comunidades y misiones en México, Colombia, Filipinas, Brasil, Cuba, Perú, Venezuela, Vietnam, Guatemala y España, y la media de edad del grupo ronda los 35 años.
Una experiencia que encarna el carisma agustino recoleto
Esta iniciativa – se lee en una nota de prensa de la Orden – forma parte del Plan de Formación Permanente 2025–2028, guiado por el lema “Haz que me acuerde de ti”. Esta etapa está pensada para los primeros años de profesión solemne, cuando se asientan los cimientos y se decide el tono de una vida entregada. “No se trata de una actualización académica – señalan los organizadores – sino de una experiencia que encarna el carisma agustino recoleto y lo deja atravesar la existencia cotidiana: allí donde lo humano y lo espiritual se tocan, se corrigen y se potencian mutuamente”.
Encuentros, oración y peregrinación
El programa articulado a lo largo de tres semanas, invita en la primera semana a mirar hacia dentro, a identificar fuerzas y patrones antropológicos y psicológicos que impulsan o frenan el camino vocacional. La segunda semana pone el énfasis en cómo el carisma dinamiza las relaciones y la fe, activando esos resortes humanos, psicológicos y espirituales que sostienen la fraternidad y la misión. La tercera semana confluirá en el Jubileo de la Vida Consagrada y desembocará en un taller final para soñar en común: porque una vocación crece cuando encuentra rostros, nombres y tareas compartidas. En medio, un retiro espiritual ayudará a «unificar el corazón» mediante el silencio, la introspección y la contemplación; y varias peregrinaciones agustinianas —Cascia, Tolentino y Genazzano— recordarán que toda vocación es camino, búsqueda y deseo.
Dejarse interpelar por el Evangelio y por la tradición agustiniana
Sobre esta iniciativa que nace de una convicción sencilla y exigente a la vez, que la formación permanente no es un añadido, sino el pulso mismo de la vida consagrada, dialogamos en Radio Vaticana / Vatican News con algunos de los participantes en este Encuentro para conocer sus historia, expectativas y experiencias de misión. Hay religiosos que ejercen su ministerio en realidades de frontera, como Cuba o la Amazonía, y otros que acompañan comunidades en barrios populares, selvas o zonas rurales; algunos trabajan con jóvenes y familias, otros sostienen parroquias, escuelas y obras sociales donde la esperanza se construye con gestos pequeños y perseverantes.
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LOS AGUSTINOS RECOLETOS CELEBRAN LA ELECCIÓN DEL NUEVO PRIOR GENERAL DE LA ORDEN DE SAN AGUSTÍN
La Orden de San Agustín ha elegido como nuevo Prior General a Fray Joseph Farrell. Desde la familia agustino recoleta, nos unimos con alegría y oración a este momento tan significativo para toda la familia agustiniana.
Un nuevo Prior General para la Orden de San Agustín
El pasado 3 de septiembre, la Orden de San Agustín anunció oficialmente la elección de su nuevo Prior General: Fray Joseph Farrell, OSA. Su nombramiento marca el inicio de un nuevo tiempo para la gran familia agustiniana extendida en todo el mundo.
Desde la Orden de Agustinos Recoletos, recibimos esta noticia con gran esperanza y gratitud. Como parte de la misma raíz común, compartimos la misión de anunciar el Evangelio con un solo corazón y una sola alma dirigidos hacia Dios.
El saludo del Prior General de los Agustinos Recoletos
En nombre de toda la familia agustino recoleta, Fray Miguel Ángel Hernández Domínguez, Prior General de los Agustinos Recoletos, expresó con emoción:
¿Quién es Fray Joseph Farrell?
Fray Joseph Farrell nació en Estados Unidos y pertenece a la Provincia de San Tomás de Villanueva de la Orden de San Agustín. A lo largo de su vida religiosa ha desempeñado múltiples servicios de gobierno y animación, tanto a nivel local como internacional.
Hasta el día de hoy vicario general de la Orden y asistente general para Norteamérica, recoge el sello del fray Alejandro Moral Antón, OSA, y acepta su nuevo cargo al frente de la Orden. Su experiencia le ha dado una visión amplia y universal de la Orden, siempre animada por el deseo de servir a la Iglesia y de promover la unidad y el carisma agustiniano.
Reconocido por su cercanía, su capacidad de escucha y su profundo amor a San Agustín, Fray Joseph asume ahora la tarea de guiar a la Orden en este nuevo capítulo de su historia.
Unidos como familia agustiniana
Este acontecimiento recuerda la profunda comunión que existe entre las ramas de la gran familia agustiniana. Los lazos de oración, misión y carisma común son una riqueza que fortalece a la Iglesia y anima a seguir caminando juntos en fidelidad al Evangelio.
Los Agustinos Recoletos nos unimos en oración por Fray Joseph Farrell, pidiendo al Espíritu Santo que lo guíe en esta nueva misión al servicio de la Orden y de toda la Iglesia.
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LA FAMILIA AGUSTINO RECOLETA CELEBRA EL DÍA DE LA CREACIÓN EN COMUNIÓN CON TODA LA IGLESIA
Los Agustinos Recoletos nos unimos a la Iglesia universal en la celebración del Día de la Creación, el 1 de septiembre, una tradición que se remonta al siglo V en la liturgia oriental y que hoy tiene un profundo acento ecuménico. Inspirados en San Agustín, renovamos nuestra gratitud por el don de la creación y nuestro compromiso de custodiarla con esperanza.
¿Qué celebramos el 1 de septiembre?
El Día de la Creación conmemora el misterio de un Dios que, por medio de Cristo, “llamó todas las cosas a la existencia”. No es un “Día de la Tierra” ampliado: es una fiesta de fe que coloca a Dios en el centro y abarca todo el orden creado —la tierra, el cielo, las estrellas— como un don que inspira adoración y responsabilidad. Desde la tradición oriental, este día simboliza el “en el principio” bíblico; en 1989 el mundo ortodoxo invitó a todas las Iglesias a rezar juntas y la gran mayoría respondió sumándose a la celebración anual. Es un signo de unidad de los cristianos en torno a la alabanza y al cuidado.
Esta jornada abre, además, el Tiempo de la Creación (del 1 de septiembre al 4 de octubre), un camino de oración, conversión y compromiso que culmina en la fiesta de San Francisco de Asís.
Una tradición que une Oriente y Occidente
El Día de la Creación, también llamado Fiesta de la Creación, hunde sus raíces en la tradición litúrgica de la Iglesia ortodoxa desde el siglo V, como conmemoración del misterio del acto creador de Dios. En 1989, el patriarca Dimitrios I invitó a todas las Iglesias cristianas a unirse en oración el 1 de septiembre. Desde entonces, la celebración ha adquirido un profundo carácter ecuménico, que une a católicos, ortodoxos y comunidades cristianas en una plegaria común al Creador .
Más que una jornada ambiental, se trata de una fiesta de fe: celebrar que Dios es el Creador de todo el universo, de la tierra y de las estrellas, de lo visible y lo invisible. Poner a Dios en el centro es la clave de este día que recuerda que la creación es don y tarea, regalo y responsabilidad.
El mensaje del Papa León XIV
En su mensaje para esta jornada, el Papa León XIV recordó que “el mundo necesita mensajes de esperanza, y vosotros sois ese mensaje”. Invitó a los fieles a ser custodios de la creación y testigos de la paz, subrayando que el cuidado de la Casa Común no puede desligarse del anuncio del Evangelio y de la construcción de un mundo reconciliado.
El Santo Padre destacó que este compromiso pasa también por una espiritualidad del discernimiento, capaz de reconocer la acción de Dios en la naturaleza y en la historia, para responder con gestos concretos que defiendan la dignidad de cada persona y la integridad de todo lo creado.
San Agustín: interioridad, orden del amor y cuidado
Desde la tradición agustiniana, interioridad y cuidado van de la mano. Como recuerda el agustino recoleto Fr. Enrique Eguiarte, en la espiritualidad de Agustín la creación es “signo” que nos conduce al Creador: cuanto más descendemos al corazón, más aprendemos el ordo amoris (orden del amor) que pone a Dios primero y nos capacita para amar rectamente todas las cosas. La conversión nace en dentro y se hace visible fuera: respeto por la vida, sobriedad alegre, justicia con los vulnerables y cuidado de lo común.
Para San Agustín, además, la Iglesia vive “una sola alma y un solo corazón orientados hacia Dios”: comunidad que escucha, discierne y actúa. Cuidar la creación es expresión de esa caridad bien ordenada.
Una mirada agustiniana sobre la creación
San Agustín nos recuerda que “todo lo que existe lleva en sí mismo la huella del Creador” (Conf. X,6). Desde esta perspectiva, la espiritualidad agustiniana invita a vivir el cuidado de la creación como un acto de amor ordenado: agradecer el don recibido y usarlo con responsabilidad, orientándolo siempre al bien común.
Como subraya fray Enrique Eguiarte en sus reflexiones, para Agustín la creación no es un fin en sí misma, sino el lugar donde Dios se nos revela y donde aprendemos a descubrir el orden del amor. Amar la creación es, por tanto, aprender a amar a Dios en todas las cosas, y servirle en lo concreto y cotidiano de nuestra vida.
Cómo vivirlo en clave agustino recoleta
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Oración y silencio interior: agradece el don de la creación; pide ojos nuevos para reconocer a Cristo en lo pequeño.
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Sobriedad y justicia: elige gestos concretos (ahorro de agua y energía, evitar el desperdicio, consumo responsable) que beneficien a los últimos.
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Comunidad en salida: suma a tu parroquia, escuela o grupo a iniciativas locales de reforestación, limpieza, reciclaje o apoyo a familias afectadas por crisis ambientales.
Oración con toda la Iglesia
Hoy los Agustinos Recoletos oramos con la Iglesia universal, agradeciendo el don de la creación y pidiendo la gracia de custodiarla con fidelidad. Hacemos nuestra la oración colecta del nuevo formulario de la misa por la creación:
Dios Padre, que en Cristo, primogénito de toda la creación, has llamado todas las cosas a la existencia, haz que, dóciles al aliento de vida de tu Espíritu, custodiemos con amor la obra de tus manos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. † Amén.
Con San Agustín, pedimos que este 1 de septiembre nos encuentre inquietos por Dios, agradecidos por la Casa Común y fieles en el cuidado de lo pequeño, donde se juega la grandeza de nuestra vocación cristiana.
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SE ESCRIBE UNA NUEVA HISTORIA: LA PROVINCIA SAN EZEQUIEL MORENO Y LA PARROQUIA SAN EZEQUIEL MORENO EN PASTO
Las provincias agustino recoletas de San Ezequiel Moreno y Nuestra Señora de la Candelaria han comenzado oficialmente el proceso para la atención pastoral y administración de la Parroquia San Ezequiel Moreno en Pasto, Nariño, por parte de la Provincia San Ezequiel Moreno. El cambio busca que la provincia que lleva el nombre del santo, quien fue obispo de esa ciudad, asuma el liderazgo de este emblemático lugar. La decisión se formalizó el pasado 26 de agosto en una reunión en la Curia Provincial de Bogotá, donde Fray Bernard Amparado, Prior Provincial de San Ezequiel Moreno, y Fray José David Niño Gómez, Prior Provincial de Candelaria, lideraron el encuentro. Está decisión responde a un mandato del 9.º Capítulo Provincial, que expresó el deseo de profundizar el carisma recoleto en la diócesis donde su patrono dejó un importante legado.
»Este paso es mucho más que un cambio administrativo; es un signo de continuidad con la misión que San Ezequiel emprendió hace más de un siglo», señalaron representantes de la Orden.
Tras la reunión en Bogotá, una delegación encabezada por el Prior Provincial de San Ezequiel Moreno viajó a Pasto el 27 de agosto para evaluar las necesidades de la comunidad y dialogar con el clero local y celebrar allí juntos la fiesta de San Agustín. El proceso subraya el compromiso de la Orden con su historia y su misión de servicio en una tierra que consideran «fecunda para el carisma de la recolección».
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