“Recibirás el poder de Dios para Bendecir y alimentar a su pueblo”
El pasado sábado 7 de octubre, a las 10 am, recibió la Ordenación Sacerdotal, en la parroquia Nuestra Señora de la Consolación, San Cristóbal, República Dominicana, fray Pedro Luis Marte Díaz, OAR. La Eucaristía fue presidida por monseñor fray Héctor Javier Pizarro Acevedo, Vicario apostólico de Trinidad, Casanare, Colombia. Participó de manera presencial y virtual toda la Familia agustino recoleta de la Provincia. Damos gracias a Dios por la vida y vocación de fray Pedro y por cuantos se unieron espiritualmente a esta celebración.
El mensaje de monseñor Héctor Javier Pizarro Acevedo, destacó la importancia del sacerdocio como puente que se establece entre Dios y los hombres, asumido así desde la antigüedad en el pueblo elegido por Dios. Jesucristo siguiendo la tradición judía, llama algunas personas simples del pueblo, los instruye y les hace la promesa del Espíritu Santo, quien le revelará todo lo enseñado. El momento culmen de este ministerio que es servicio, queda sellado e instituido a través del mandato “Hagan esto en Memoria mía”, dando inicio así al nuevo sacerdocio para la Iglesia naciente, y desde ese momento con la potestad dada a los apóstoles, se viene haciendo la continuación en la Iglesia, de tener sacerdotes que distribuyan la Eucaristía y que hagan el ejercicio sacerdotal que Jesucristo realizó en su vida.
¿A quién mandaremos? – Isaías 6, 8-13
No puede estar lejos de Fray Pedro la respuesta que evocó el profeta en el antiguo testamento “Aquí estoy, envíame” frente al llamado del Señor, pues no es algo que suene bonito ser sacerdote, ya que es el mismo Dios, el Señor Jesús, el que llama, así como lo relata el evangelio. Por tanto, el llamado no es un capricho de hombres, pues si no se es llamado, no hay vocación.
Gracias a este ministerio, se pueden administrar los sacramentos y alimentar al pueblo de Dios. De modo que decir SI como lo hace Fray Pedro en este día, es responder y continuar el mandamiento del Señor Jesús. Por eso Pedro, recibirá la fuerza de Dios en sus manos para bendecir al Pueblo, y confirmar desde el corazón de los fieles la fe que reciben.
Para concluir la homilía monseñor mostró agrado por la gran mayoría jóvenes que acompañaron en la celebración Eucarística, e instó a los padres de Familia para que no nieguen sus hijos a la obra de Dios.
Por último, invitó al ordenando que siempre coloque su ministerio sacerdotal en las manos de la Santísima Virgen María; que no será fácil el compromiso que adquiere hoy. De modo que como hombre se agotará y se cansará, que María estará siempre para ayudarle como hijo predilecto.