En un ambiente de profunda gratitud y comunión fraterna, el pasado 22 de noviembre, la Parroquia Inmaculada Concepción de Suba se vistió de fiesta para celebrar el 40º aniversario de ordenación sacerdotal de nuestros hermanos: Fray Juan de Dios Tibocha y Fray José Concepción Beltrán.
La solemne Eucaristía fue presidida por Mons. José Alejandro Castaño, OAR, obispo emérito de Cartago, y concelebrada por el Prior Provincial, Fray José David Niño, junto a los religiosos homenajeados y una nutrida presencia de frailes de las comunidades de Bogotá y de diversas ciudades de Colombia. La celebración trascendió los muros del templo, uniendo a numerosos fieles y allegados que participaron de esta Acción de Gracias a través de los medios digitales y redes sociales de la Provincia y de la parroquia.
«Destinados para algo mucho más grande»
Durante la homilía, el Padre Provincial, Fray José David Niño, ofreció una reflexión conmovedora sobre la vocación y el misterio de la elección divina. Recordando los orígenes de los homenajeados, evocó cómo, al igual que en el nacimiento del Bautista, sus familias se preguntaban qué sería de aquellos niños:
«¿Presidente, ministro, aviador, médico, empresario…? No. Nada de eso. Esos niños estaban destinados desde el vientre de sus madres para algo mucho más grande y eximio. Dios, que los conocía desde su formación, los quería consagrados para Él; sacerdotes para regir, guiar y apacentar a su pueblo», expresó el Provincial.
Haciendo memoria agradecida, se recordó que hace cuatro décadas, en ese mismo templo y a las tres de la tarde, Monseñor Arturo Salazar Mejía, OAR impuso sus manos sobre ellos, sellando una Alianza Eterna. Desde entonces, Fray Juan de Dios Tibocha y Fray José Concepción Beltrán han recorrido un camino de servicio incondicional: desde las misiones en Casanare y la labor educativa en el Colegio San Nicolás, hasta el liderazgo como priores y párrocos en comunidades como El Desierto de la Candelaria, Santa Cruz de la Popa, La Consolación y San Joaquín, entre muchas otras.
Sacerdotes: Amigos de Jesús y manos consagradas
El mensaje central de la predicación resaltó la identidad del sacerdote agustino recoleto no como un funcionario, sino como un alter Christus. «No es él, sino es Cristo quien actúa en él», afirmó Fray José David, destacando que, durante estos 40 años, sus vidas han sido una transparencia de Jesús en la celebración de los sacramentos, en el consuelo a los enfermos y en la corrección amorosa.
El Prior Provincial subrayó la humanidad y la entrega de los religiosos con palabras cercanas:
«Ustedes son manos consagradas para bendecir… Ustedes no son siervos, son amigos a quienes se les ha revelado al Padre»
Asimismo, reconoció que, aunque el camino conlleva momentos de soledad y fatiga, es allí donde el sacerdote experimenta «el dulce abrazo de la Virgen María, la bella pastora», quien ha sostenido su ministerio con ternura maternal.
Renovación de las Promesas
La ceremonia culminó con un momento emotivo en el que Fray Juan de Dios y Fray José Concepción renovaron sus promesas sacerdotales, reafirmando su «sí» al Señor con la misma disposición de hace 40 años.
La Provincia de Nuestra Señora de la Candelaria y toda la Orden en general se une en oración por la vida y ministerio de estos dos hermanos, pidiendo que, como concluyó el Padre Provincial citando a nuestro padre San Agustín, sus corazones sigan inquietos hasta descansar plenamente en Dios, y que continúen siendo «instrumentos esenciales de Dios para la salvación de las almas».
¡Felicidades a nuestros hermanos por estas cuatro décadas de entrega amorosa a la Iglesia y a la Orden!















