La Memoria del Beato Gracia de Kotor: Homenaje a los Religiosos Hermanos
El pasado viernes 7 de noviembre, la Provincia de Nuestra Señora de la Candelaria de la Orden de Agustinos Recoletos (OAR) rindió un sentido homenaje a sus Religiosos Hermanos. El motivo de esta celebración fue la Memoria del Beato Gracia de Kotor, patrono de los hermanos no clérigos, cuya vida de servicio humilde y dedicado es un faro para toda la Orden.
La figura del Religioso Hermano es una columna fundamental en la OAR, siendo el testimonio vivo de que la vida consagrada es, ante todo, una vocación de servicio y de vida en común.
La Vocación de Servicio: Hermanos de Pleno Derecho
La Orden está formada por religiosos sacerdotes y religiosos hermanos, quienes comparten la misma vocación. Los hermanos son miembros de pleno derecho de la OAR, aunque no han recibido las sagradas órdenes. Esta igualdad se manifiesta en:
- Votos Compartidos: Ambos grupos han profesado los mismos votos de pobreza, castidad y obediencia, y viven la vida fraterna en comunidad, siguiendo la Regla de San Agustín.
- Formación y Carisma: Si bien su formación es distinta a la específica para el sacerdocio, todos reciben la instrucción necesaria para vivir el carisma de la Recolección y cumplir su misión.
El Servicio en las Pastorales y Ministerios
El rol de los religiosos hermanos es esencial para el desarrollo de la misión agustino-recoleta. Su labor se centra en sostener la vida comunitaria y proyectar la acción de la Iglesia en el mundo:
- Soporte Vital: Se dedican a tareas prácticas que van desde la administración y la economía, hasta la tecnología, la educación y el cuidado de los miembros.
- Misión y Apostolado: Los hermanos están insertos activamente en diversas pastorales y ministerios de la Orden. Su dedicación es crucial para llevar adelante los proyectos educativos, sociales y evangelizadores de las comunidades.
El Testimonio del Beato Gracia de Kotor
El Beato Gracia de Kotor (1438-1508), fue un humilde religioso hermano de la Orden de San Agustín. Su vida, marcada por la sencillez, la obediencia y el trabajo manual, es el espejo en el que se mira la vocación del hermano:
- Humildad y Sencillez: El Beato Gracia demostró que la santidad se alcanza en el servicio más sencillo y cotidiano.
- Patronazgo: Al celebrar su memoria, la Orden honra a todos sus hermanos por su contribución inestimable a la vida de la comunidad, reforzando el ideal de la vida religiosa vivida con total dedicación.
La celebración del 7 de noviembre es un recordatorio de que la fortaleza de la OAR reside en la unidad y el servicio de todos sus miembros, sean sacerdotes o religiosos hermanos, caminando juntos hacia el ideal agustiniano de un solo corazón y una sola alma dirigidos hacia Dios.











