El pasado 14 de diciembre en la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación, Bogotá, tuvo lugar la Ordenación sacerdotal de fray Joe Jair Carabalí González. La celebración de la Eucaristía fue a las 10:00 a.m. y estuvo presidida por Monseñor Germán Medina Acosta, obispo de la Diócesis de Engativá, Bogotá.
En las palabras de la homilía el señor obispo, destacó la importancia de la alegría de la Iglesia cuando un nuevo miembro del cuerpo místico de Cristo es ordenado sacerdote. Resaltó junto a este don maravilloso, la importancia de la fe en el candidato, su carisma, capacidad de servicio y entrega en la Orden de Agustinos Recoletos, para que se vivan cada día de su sacerdocio de una manera más profunda y coherente con el ministerio que ahora recibe.
A la luz del testimonio del profeta Jeremías, se percibe la autenticidad de la vocación del ordenando, entendido como un llamado real de parte del Señor.
Por el Bautismo fuimos consagrados y constituidos profetas de la vida, para que desde la mirada en Él, se puedan expulsar los miedos con la plena confianza, haciendo una experiencia personal que hace posible la voluntad del Señor de acuerdo a su palabra.
En este día fray Joe Jair Carabalí González recibe la gracia de experimentar el amor misericordioso de Dios a través del abrazo íntimo en la oración. Sin duda alguna esto hace en el candidato al ministerio, una persona fuerte para soportar las pruebas en el camino de la vida y de la formación, experimentando la capacidad que Dios le participa a través de la ayuda del Espíritu Santo que lo habita.
Id y dar fruto duradero
La salida misionera, siempre será una virtud que debe caracterizar el ministerio sacerdotal y por ello no debe reservarse. Por tanto, debe el sacerdote permanecer en su amor, puesto que sin él no se puede hacer nada.
Las palabras de la homilía concluyeron con la invitación a vivir como buen pastor según el corazón de Dios, pues es precioso, producto de la Misericordia Divina que Dios puede conceder a la comunidad cristiana; esto nos lo recuerda el santo cura de Ars.
“Vive según la condición de la misericordia… vive el carisma de tu Orden… procura siempre una vida con sabor a evangelio, contemplativa y comunitaria, austera, santa; vive las cuatro cercanías constitutivas de la condición sacerdotal: cercanía con Dios, cercanía con su pueblo, cercanía con el Obispo y el superior, cercanía con el presbiterio. Que la compasión y la ternura siempre caractericen estas cercanías de modo que reflejes el estilo de Jesús”