El próximo 7 de octubre, a las 10 am, en la Parroquia Nuestra Señora de la Consolación, de San Cristóbal, República Dominicana, recibirá su Ordenación Sacerdotal Fray Pedro Luis Marte Díaz. Desde ya invitamos a toda la Familia agustino recoleta, a participar de este gran acontecimiento para nuestra Orden, la Provincia y la Iglesia en general.
El orden sacerdotal es el Sacramento por medio del cual se instituyen ministros sagrados destinados a enseñar, regir y santificar en la persona de Cristo (CIC, c. 1008).
Comprendamos un poco más lo que significa recibir el sacramento del Orden Sacerdotal en el grado de los presbíteros:
El presbítero es sacerdote
Participa de la misión de Cristo sacerdote, celebrando la Eucaristía en memoria suya y en persona de Cristo mismo. Santifica además a sus fieles mediante la celebración digna de los sacramentos y de los sacramentales. Respeta y fomenta la religiosidad popular como una expresión legítima de la fe de su comunidad y enseña a orar a sus hermanos tal como Jesús nos enseñó a orar.
El presbítero es pastor
Unido al Buen Pastor que es Jesús, cuida y guía a sus feligreses, convocándolos y ayudándolos a vivir su fe en una comunidad de amor en la que encuentren el ambiente de la auténtica familia de los hijos de Dios.
El presbítero es maestro
Maestro como Jesús y en nombre de Jesús, enseña no su propia doctrina sino el Evangelio vivo que es Cristo mismo. La Iglesia y su magisterio oficial son su guía.
Pero el sacerdote no es un simple repetidor de una doctrina aprendida, es, o debe ser, un testigo del Evangelio de Cristo que él debe hacer suyo, de tal modo que su enseñanza sea más por el ejemplo que por la palabra.
La predicación en la santa Misa es el momento más importante de su ser maestro y, además, una oportunidad preciosa de hacer llegar a los fieles la Palabra.
El presbítero religioso
En nuestro caso particular, aquellos hermanos que han sido llamado al Orden sagrado del Presbiterado, reciben con filial protección la ordenación sacerdotal siendo religiosos de votos perpetuos, y con mayor esmero la protección de la comunidad en la vida fraterna a ejemplo de Cristo con los Apóstoles. Además de la promesa de obediencia al superior legítimos en la Orden de los Agustinos Recoletos, ahora por la incorporación al orden sagrado de los presbíteros, también debe obediencia al obispo diocesano, ya que el presbítero participa del sacerdocio de Cristo unido al obispo y a sus hermanos sacerdotes con los que forma el presbiterio.